La contaminación de los océanos es un problema que tiene consecuencias medioambientales y socioeconómicas en diversos sectores como la pesca, la acuicultura, el turismo, la pesca recreativa y la navegación. Sin embargo, es difícil evaluar el impacto de la contaminación porque los problemas tardan mucho tiempo en cuantificarse. Cada año llegan al mar entre 6 y 17 millones de toneladas de basura, de las cuales entre el 60% y el 90% son residuos plásticos. Esto significa que la acumulación de residuos plásticos en el océano es un problema creciente, tanto a escala nacional como internacional.
Los plásticos que entran en el medio marino son nocivos porque se degradan, produciendo nano y microplásticos que contaminan las cadenas alimentarias y filtran sustancias químicas, afectando al ecosistema. Para reducir la contaminación de los sistemas acuáticos, existen dos enfoques principales:
1) evitar que los residuos lleguen a los cursos de agua;
2) recoger la contaminación marina y fluvial.
A pesar de la importancia de evitar que los residuos lleguen a las vías fluviales, el proyecto SeaRubbish2Cap pretende contribuir a esta cuestión retirando la basura marina y reciclando este material mediante tecnologías de procesamiento industrial. El reciclaje es una alternativa viable y sostenible para preservar el medio ambiente y reducir el impacto ambiental causado por la eliminación de plásticos. La mayoría de los plásticos son reciclables y, cuando se eliminan correctamente, su recuperación es más eficiente, contribuyendo a la reducción de los residuos plásticos del medio ambiente y promoviendo la disminución del consumo de materias primas vírgenes, con el consiguiente ahorro de recursos naturales.
Aunque muchas de las entidades dedicadas al reciclaje de plástico están muy centradas en un tipo específico de polímero, el PET (tereftalato de polietileno), es fundamental que existan proyectos como SeaRubbish2Cap que se centren en el reciclaje de otros tipos de polímeros, como el PE (polietileno). Esto se debe a que, aunque el PET es uno de los tipos de plástico más utilizados en los envases, el polietileno se utiliza ampliamente en muchos otros productos y envases, y representa un gran porcentaje de los residuos plásticos en los océanos. Por ello, los proyectos destinados a reciclar el polietileno pueden tener un impacto significativo en la reducción de la contaminación por plásticos en nuestros océanos y en el medio ambiente en general.
Los EEA Grants desempeñan un papel clave en el problema de los desechos marinos financiando el proyecto SeaRubbish2Cap en el marco del programa Crecimiento Azul, gestionado por la DGPM. Es importante fomentar y apoyar el uso de materiales reciclables, especialmente en la producción de envases de plástico, por parte de las entidades competentes, las empresas y los consumidores, concienciando sobre la importancia del reciclaje y la adopción de prácticas sostenibles para la preservación del medio ambiente y un futuro más sostenible. La preservación del medio ambiente es una responsabilidad colectiva y, por lo tanto, todos deben contribuir a ella.
En resumen, es crucial adoptar el uso de materiales reciclados en la producción de envases de plástico para reducir la cantidad de residuos plásticos en el medio ambiente. El reciclaje de plásticos es una medida que debería difundirse ampliamente y ser adoptada por todos para garantizar un futuro más sostenible y preservar el medio ambiente para las generaciones venideras.